Vender una propiedad es un proceso largo y a veces puede resultar estresante. Sin pretenderlo, puedes incluso decir cosas que podrían ser perjudiciales. Esto es cierto y especialmente cuando enseñas tu casa a compradores. Tanto si lo haces solo o acompañado por un profesional, lo mejor es reflexionar bien antes de hablar. Te dejamos a continuación 8 ejemplos de frases ¨fatales¨ que no hay que decir al vender un inmueble.

Se han superado con éxito (o no) las distintas etapas de la venta de un bien inmueble y ahora hay que enfrentarse a visitantes y posibles compradores. Pronto llegarán para visitar tu vivienda y tienes que estar preparado para recibirlos. Estás ansioso, emocionado, feliz… en resumen, te encuentras sintiendo todo tipo de emociones. ¡Cuidado con las meteduras de pata! Porque es exactamente en ese preciso momento donde puedes perder la venta y tu tiempo.

Supongamos que ya sabes perfectamente que hay ciertas cosas que no debes decir cuando vendes una propiedad, ¿Vale? Pero en ese preciso momento se te pueden escapar ciertas palabras que los visitantes, sin decírtelo, pueden encontrar inapropiadas. Y aunque, a primera vista, esto puede parecer que no es un problema, en el proceso de compra de un inmueble hay mucha psicología que puede inclinar la balanza hacia el fracaso.

Así que si no quieres ahuyentar a tus interesados, lo mejor es que evites estas 8 frases de venta ¨anti-inmobiliarias¨ por excelencia.

1. – Ya hemos encontrado otra vivienda

¡Uy, Uy, Uy, empezamos mal! Imagínate:  que el comprador y tú os lleváis bien y de repente, le dices que has encontrado otra casa o piso. ¿Te parece normal? Pues no. Porque es una clara señal de que tienes limitaciones económicas o de tiempo, y que necesitas encontrar un comprador rápidamente. De ese modo, tu comprador no tendrá ningún pudor en intentar rebajar tu precio, aunque sea extremadamente amable… Puede resultar simpático, pero no es estúpido.

2. – No tenemos prisa para vender nuestra casa

A pesar de que la mayoría de los propietarios desean vender rápido, también existen y utilizan muy a menudo, como una tradición, la típica frase “No tengo prisa”. Sea cierto o no, es un error que no debes cometer si quieres vender rápido y al mejor precio. ¿Qué pensará el comprador? Pensará que vas a esperar varias visitas antes de decidirte. Como resultado, aplazará su oferta, lo que significa que tendrá tiempo de sobra para pensárselo bien y mientras tanto, visitará otras propiedades.

Pensar demasiado, nunca es bueno ya que deja lugar a dudas e indecisiones. Como todos sabemos, cuando se trata de inmuebles, hay que decidirse con rapidez. ¿La mejor solución? Decirle que tomarás una decisión rápidamente, en cuanto tengas una oferta aceptable. Al menos, deja pasar la noche como mínimo, es un buen consejo. Después puedes volver a ponerte en contacto con él para iniciar una negociación y llegar a un acuerdo. Cuidado: no le des tu respuesta durante el mismo día, eso podría asustarle; Cuando es demasiado rápido o fácil no es buena señal.

3. – Esperamos conseguir tal precio de venta

Si vas a enseñar tu mismo tu casa, sin un profesional inmobiliario, tienes que ser capaz de manejarlo todo, incluso las preguntas difíciles. Tanto si el comprador pregunta por el precio de venta (o para tener confirmación del precio anunciado), o si lo confirmas tú, ten cuidado de no meter la pata.Independientemente del precio ya anunciado, decir que quieres 180.000 euros no es una buena idea.

Tras tus palabras, el comprador está obligado a mencionar un precio más bajo con la esperanza de negociar. Es lo que se conoce como punto de anclaje. Psicológicamente, el comprador se centra en esta cantidad y la utilizará como base para la negociación. En otras palabras, corres el riesgo de obtener un precio más bajo de lo que esperabas.

¿Y si tu propiedad ha tenido una mala estimación? ¿Existen riesgos por sobrevalorar una propiedad? Pues sí, podrías perderte un gran número de ofertas y esperar indefinidamente la que tanto has deseado. ¿La consecuencia? Tu inmueble acabará siendo un “inmueble quemado”, como se conoce en el sector, es decir, un inmueble que lleva demasiado tiempo en el mercado y que se venderá por un precio mucho más bajo e incluso irrisorio. Y si recurres a un agente inmobiliario, ¡no hables de precios ni de condiciones de venta! Es uno de los peores errores que se pueden cometer durante una visita. Es el trabajo del profesional, ¡déjale hacer a él! Mejor todavía, si quieres hacer las cosas bien y para llegar al éxito, deja que él y solo él haga las visitas, sin tu presencia y así evitar intervenciones.

4. – Mi marido hizo las obras de reforma.

¡Madre mía!… Esa es otra de las cosas que no se deben decir al vender una vivienda. Entendemos que estás orgulloso de haber instalado tú solo la ducha italiana y de haber elevado el muro del jardín, pero ¿crees que es realmente razonable hablar de ello? Puede que se te dé bien, vale, pero no eres un experto, así que el comprador se hará preguntas: ¿No tendré problemas de fontanería más adelante? ¿No se derrumbará el muro cuando llueva mucho? etc. En resumen, vas a sembrar la duda en su mente; y sabemos que la transparencia y la confianza son esenciales a la hora de comprar y vender una propiedad.

5. – Aún quedan cosas por mejorar en la casa

Para incitar a los visitantes a comprar tu casa, puedes tener la tentación de decir algo como: “Teníamos previsto construir una escalera para bajar de la terraza al jardín” o “Teníamos la idea de construir una piscina aquí”. ¡Mala idea! Es como si le dijeras directamente a la cara: “Tendrás que ocuparte tú de ello”, lo que significa que tendrás que pagar más. Esto pone de relieve un aspecto negativo en el que quizás no habías pensado. Para él, parecía la casa ideal (aunque bueno, ahora parece que ya no). ¡Menuda metedura de pata!

6. – Vendemos porque hay demasiadas escaleras

Sobre todo, no hables de ello con el comprador. Sabemos que no eres tonto, ni mucho menos, pero no olvides que en una conversación las palabras pueden salir solas. “¿Es por eso? ¿Hay guerra con los vecinos?” ¡Al menos está avisado! Si aun así quiere comprar tu casa, estás realmente de suerte o tal vez sea porque se basa en el valor de conveniencia.

7. – ¡Niños, parad de gritar, por favor!

¿Cómo enseñar una casa cuando hay niños revoloteando, un imponente perro San Bernardo o un cónyuge con el que las cosas no andan bien en estos momentos? En todos los casos, no hay que improvisar las visitas. Es importante prepararse con antelación e informar a toda la familia. Explícales el porqué a los hijos y pídeles que permanezcan tranquilos en su habitación. Nunca estamos a salvo de una crisis justo en el momento en que no deberíamos estarlo, pero para evitarlo, puedes de antemano:

– Charlar con ellos;
– Pasar tiempo jugando con ellos;
– Optar por actividades tranquilas;
– Pasear al perro si tienes uno.

Es importante saber que algunos compradores pueden tener miedo a los perros. Sobre todo porque, según ellos, sueltan pelo y un olor particular. Aunque nos encantan los animales, no lo podemos negar. La solución ideal seria que alguien saque a pasear al perro durante las visitas.

¿Que tal con tu pareja? ¿hay tensión o te estás divorciando? Un consejo: Aunque tu situación actual añadida a la venta de tu casa sea bastante estresante, tómate el tiempo de preparar la visita, es por el interés de todos. Para no mostrarte frío o distante, puedes preguntar a tus visitantes:

– ¿Conoce la zona o es de la zona?
– ¿Cuánto tiempo llevan buscando una vivienda?
– Si tienen hijos.

Esto te dará una indicación del valor de tu propiedad a sus ojos.

8. – Confía en mi

¡Tranquilo, puedes confiar en mí!… ¡Confía en mí, no te arrepentirás de la compra!…  Esta frase, “confía en mí”, es fatal porque huele a propietario con un verdadero deseo de vender. Todos estamos de acuerdo en que no hay nada en este mundo inmobiliario que inspire menos confianza que alguien que dice “confía en mí”. Esto tiene una explicación científica totalmente racional:

Oculto en nuestros cerebros y en los cerebros de los compradores, está presente lo que se conoce como el “Sesgo cognitivo”. Esto significa que tendemos a reaccionar negativamente cuando percibimos una amenaza a nuestra capacidad de elección. Cuando un vendedor pide a un comprador que confíe en él, puede percibirlo como un intento por tu parte de controlarle o manipularle, por lo que inmediatamente le parecerá sospechoso y esto le hará desconfiar mucho más. Ten cuidado, porque pedir a tu comprador que confíe en ti puede tener un efecto totalmente contrario, reduciendo tus posibilidades de venta.

Como has visto, no siempre es fácil mantener la boca cerrada y estas 8 frases que no debes decir al vender una propiedad son muy habituales. No dudes en leer también nuestras recomendaciones para una visita exitosa.